"Así se replegará cuanto antes sobre sí misma, y comprenderá que la solución de los problemas sociales de esta tierra es apremiante. La suerte de las instituciones libres, el porvenir de la democracia y de la libertad serán siempre inseguros mientras la masas populares permanezcan en la ignorancia y atrás. El cabrío emisario de las leyes tienen que ser las costumbres. Dadme una asociación de hombres cualquiera con hábitos de trabajo, con necesidades, con decencia, y os prometo en poco tiempo un pueblo con leyes bien calculadas. El bien es una utopía cuando la semilla que debe producirlo no está sazonada. La aspiración de la libertad racional es una quimera, cuando los instrumentos que deben practicarla son corrompidos. Dios ha ligado fatalmente los efectos a las causas. Ni los olmos dan peras, ni las instituciones son frutos donde las nociones del bien y del mal, de lo bueno y de lo malo, no están universalmente encarnadas en todo pecho. Siguiendo la ruta que llevamo...