Expropiación , capitalismo , ladrones y mentiras

Expropiación

Tener que estar discutiendo a estas alturas de la historia de la humanidad, expropiación si o expropiación no, es un anacronismo que sólo se entiende en los países que están en la línea de Cuba, Venezuela, la Argentina K y la España de Podemos. 

Deberíamos decir simplemente que la expropiación de Vicentín es una ilegalidad, y fin del artículo.

Estos son algunos de los costes de las más recientes expropiaciones del estado argentino:

-          Aguas Argentinas:  U$D 250 millones.

-          Aerolíneas Argentinas:  U$D 340 millones

-          YPF: Pagamos a Repsol U$D 5.000 Millones + juicio en Nueva York sin resolver

Expropiar Vicentin, una empresa con 70 años, un activo valorado en 6.500 millones de dólares y con una deuda de 1.500 millones de dólares, supone un desembolso importante antes de la expropiación, si además miramos el artículo 17 de nuestra constitución, donde deja claro de la ilegalidad del hecho, debería ser más que suficiente para que la idea muera aquí por costosa y sobre todo porque es ilegal: Pero no sucede así, en la Argentina que nos toca vivir, la ilegalidad no es un impedimento, y cualquier razón parece poder tener un argumento que justifica cometer un acto ilegal.

Allí aparecen quienes argumentan que la expropiación es justificada: para salvar los puestos de trabajo, para que el banco acreedor cobre, se trata de soberanía alimentaria o simplemente porque los propietarios no han actuado correctamente. O son ricos, que ya sabemos que en Argentina ser rico es como una presunción de culpabilidad, (y no hablemos ser empresario).

Capitalismo

En el imaginario colectivo de los argentinos, los empresarios son unos monstruos devora humanos, que se aprovechan de los trabajadores.

Quienes en muchos países del mundo serían un ejemplo a imitar, aquellos que tienen una idea, hacen un plan, invierten, se arriesgan, se endeudan, se esfuerzan, dedican sus mejores años para convertir y transformar el futuro en algo mejor, crean empleo y riqueza.  En nuestro país son los enemigos públicos número uno.

Todos los avances de nuestra humanidad se lo debemos a emprendedores así, que Malthus no haya tenido razón y el hambre no se haya convertido en un problema para mayoría de la humanidad, es gracias a estas personas que han impulsado un mundo mejor.

Y si, es el capitalismo de la mano de los empresarios, el que nos ha dado los avances médicos, de tecnología y de producción que han hecho posible este salto enorme en la calidad de vida de la gran mayoría de la humanidad.

Desde Thomas Edison a Elon Musk que nos pondrá en Marte y terminará con la supremacía del petróleo como fuente energética, todos los avances de los últimos dos siglos se los debemos a quienes han transformado sus ideas en una empresa.

Que en este momento estés leyendo esto desde tu ordenador, tu teléfono o desde tu iPad se lo debes a gente que ha construido empresas, y el hecho de ser un hombre libre , se lo debes a este modelo y a estas inquietas personas quieren transformar el mundo.

Llevan años intentando decirnos que si alguien progresa lo hace a costa de lo que pierde otro, y esto es falso. La economía no es un juego de suma cero.

Cuando agregas valor, generás riqueza y trabajo, bienes y servicios que mejoran la calidad de vida de los ciudadanos.

Gran parte de los beneficios que generan las empresas vuelven a la sociedad vía impuestos para mejorar el estado de bienestar de los ciudadanos; de esta forma, los impuestos de las rentas o de los beneficios son los impuestos más sociales que existen en el mundo. Pero está de moda y tiene sus adeptos culpar a los empresarios de la existencia de la pobreza. No creo que haya ningún sector de la sociedad que contribuya más a superarla. Aquellos que cobran del estado, difícilmente  puedan entenderlo: ellos cobran los días 30, sin saber de dónde sale el dinero, igual que los niños frente al cajero automático.

"Mete la tarjeta papá que eso da dinero para que me compres un helado"

Ladrones

Como en todos los ámbitos de la vida hay buenos y malos empresarios, igual que hay buenos y malos políticos, igual que hay buenos y malos maestros. No creo que en este segmento social la proporción sea diferente a la del resto de los ciudadanos, los empresarios en general sienten un gran apego por sus empresas, son como sus hijos. Las han creado, las han acompañado, han nacido de una idea que han convertido en realidad, le han dedicado los mejores años de su vida, han sacrificado mucho por sus proyectos, no creo que haya muchos empresarios que disfruten de echar a un empleado y mucho menos de ver quebrar sus empresas. Más bien conozco muchos casos donde los fracasos empresariales les han costado familia, salud, incluso la vida.

Me llama la atención cuando hablo con personas que no tienen un proyecto empresarial, o nunca lo han tenido. Para ellos es inviable que una empresa pueda perder dinero, es como si el fracaso no fuera posible en su mente.

Todos los que han tenido algún tipo de emprendimiento saben qué entre ganar y perder, a veces el hilo es muy delgado.

Por eso hay países en los cuales es difícil invertir, la seguridad jurídica no abunda, las reglas del juego cambian cada rato, y en una mañana un presidente se levanta y dice que sobre tu factura hay que retirarte un %  sin importar siquiera si tu negocio es rentable.

Quiero dejar claro que defiendo pagar impuestos sobre beneficios y ganancias, pero no sobre ingresos brutos o sobre facturas sin saber cual es el resultado de la transacción.

Ser empresario en Argentina es una actividad de riesgo, mucho más que ser alpinista o paracaidista.

Expropiación II

Con motivo de la expropiación de Vicentín, una empresa en concurso de acreedores en medio de un proceso judicial, se escuchan voces a favor y en contra. Pero resulta que la constitución es clara en que se ha incurrido en una ilegalidad, y además hay una ley para estas situaciones que tampoco se ha respetado. El poder judicial para este gobierno es algo a someter o ignorar.

Lo cierto es que la clave como siempre o casi siempre está en la justicia, todo esto está legislado, y cuando una empresa tiene problemas hay leyes que se especializan en estas cuestiones.

No negamos que una empresa pueda ser ayudada en determinadas circunstancias, es algo que hemos visto innumerables veces en distintos lugares, incluso en Santa Fe alguna empresa láctea viene siendo asistida hace mucho tiempo a pesar de su dudosa viabilidad y de gestores que cobran sueldos astronómicos en empresas quebradas. No negamos la posibilidad de rescatar una empresa en problemas, siempre y cuando sea viable a medio y largo plazo, y en ese difícil equilibrio de no perjudicar a competidores que han hecho las cosas mejor, no se trata de premiar al ineficaz. Una cosa es una ayuda, un rescate y otra una expropiación.

Pocas situaciones más traumáticas que la expropiación de YPF, nos creó un conflicto internacional con España, nos salió un dineral a pesar de las amenazas de que exigiríamos una indemnización por contaminación ambiental, (solo en las mentes más creativas), hoy el valor en bolsa de la Cía. es menos de la mitad de lo que pagamos a Repsol y el barril de petróleo les cuesta a los argentinos hoy, más caro que si lo importara.

Expropiar Vicentín nos garantiza por un lado que nos va a costar mucho dinero como contribuyentes, que tal vez tengamos que afrontar juicios millonarios, y casi con seguridad será mal gestionada, nos hace más pobres, se convertirá un pozo sin fondo para un estado sobredimensionado, un lugar para colocar a amigos con sueldo desproporcionados. Nos hace menos libres y es un paso más en este plan de avanzar hacia un estado totalitario. Cada movimiento que ejecuta este gobierno está perfectamente planificado.

No es mi intención (ni tengo datos para determinar), cual ha sido el desencadenante que lleva a la suspensión de pago. Eso es mucho mejor que lo hagan los juzgados y valoren, pero si me animo a decir que la empresa sufrió algunos avatares externos,por ejemplo que recibe por las exportaciones un precio de la divisa que no es de Mercado, que le subieron los impuestos de un día para el otro.

La empresa está en un proceso judicial de suspensión de pagos que es un problema financiero y no económico en principio, y son los jueces quienes deben determinar responsabilidades si las hubiera. No hay ninguna razón para expropiar una empresa por razones financieras o económicas. Si realmente quieren ayudar, deberían pensar todo lo que el estado quita al sector, sin ninguna justificación más que recaudar. Algo que sólo ocurre en nuestro País. Las retenciones, y los mercados desdoblados, solo en países como Venezuela.

Tampoco hay olvidar, que ayudar a una empresa que compite con otras empresas en igualdad de condiciones, puede resultar injusto y puede ser un agravio para aquellos que no están en esta situación. Por ello, es menester ser cuidadosos para no generar un problema mayor, la ayuda debe ser durante un tiempo limitado y solo si la empresa es viable.

La expropiación, a todas luces ilegal, es un paso más en esta deriva hacia un modelo que nos lleva hacia un fracaso como sociedad del que será muy difícil volver. No por esperado es menos trágico. Sin ley no hay justicia, sin seguridad jurídica no hay desarrollo, solo hay pobreza en el horizonte.