"Así se replegará cuanto antes
sobre sí misma, y comprenderá que la solución de los problemas sociales de
esta tierra es apremiante. La suerte de las instituciones libres, el porvenir
de la democracia y de la libertad serán siempre inseguros mientras la masas
populares permanezcan en la ignorancia y atrás.
El cabrío emisario de las leyes tienen que ser las
costumbres. Dadme una asociación de hombres cualquiera con hábitos de trabajo,
con necesidades, con decencia, y os prometo en poco tiempo un pueblo con leyes
bien calculadas. El bien es una utopía cuando la semilla que debe producirlo no
está sazonada. La aspiración de la libertad racional es una quimera, cuando los
instrumentos que deben practicarla son corrompidos.
Dios ha ligado fatalmente los efectos a las causas.
Ni los olmos dan peras, ni las instituciones son
frutos donde las nociones del bien y del mal, de lo bueno y de lo malo, no
están universalmente encarnadas en todo pecho. Siguiendo la ruta que llevamos,
elevaremos los andamios del templo; pero al levantar la bóveda, el edificio se
desplomará con estrépito y aplastará con sus escombros a todos.
Los artífices desaparecerán y el desaliento de los
que contemplaban su obra conducirá a la anarquía. Por eso el primer deber de
los hombres de Estado es conocer su país."
Lucio
V Mansilla
"Una
excursión a los indios Ranqueles”
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