La mejor lección que he recibido de cómo decir las cosas es una anécdota de mi amigo Norberto Navarro. Él llegó a España de la mano de Lataliste, empresario de la noche porteña, propietario de la legendaria discoteca Mau Mau de Buenos Aires, un templo para los noctámbulos de la época. Norberto era el disc jockey y habían decidido traerlo cuando abrieron su local de Madrid. Era el elegido para seleccionar la música que debía sonar en Mao Mao .No existía otro destino que emular el éxito obtenido en otro continente (aunque el proyecto, finalmente, no prosperó). Él tiene lo mejor de la gente de Buenos Aires. Lo peor no lo tuvo nunca o lo perdió en la lección de vida que es emigrar. Es amigo de sus amigos, tiene los códigos de esos barrios porteños donde la amistad es inquebrantable. Mide más de un metro noventa, estampa imponente, elegante. Como es argentino, la gente da por descontado que debes saber bailar el tango, hacer un asado y jugar al...