Con mis compañeros
del colegio primario y secundario, conservamos una grata amistad: tenemos grupo
de WhatsApp y unos encuentros que los primeros años no eran muy frecuentes pero
que los fuimos estimulando; un equipo de fútbol en el torneo interno del CAF que
fuimos prolongando todo lo que pudimos, hasta que la edad sólo dejó unos pocos
en condiciones de jugar cuando llegamos a los 60 (en el equipo siempre tuve
ficha a pesar de vivir fuera, y sólo poder jugar con ellos en mis viajes
a Argentina -2 o 3 partidos al año, 4 con mucha suerte).
Pero los encuentros
siguen vigentes y cuando alguno de los tres amigos que vivimos fuera hace una
visita a Rosario, es motivo más que suficiente para una juntada.
También la vuelta de
las cacerías de Bob son motivos de bacanal, reparto de embutidos, lomo de
ciervo a la parrilla y tupper para llevarse comida. Nada de lo que se caza se
desperdicia, como reza el lema de mi amigo cazador: “Nos comemos todo ,
sino no cazo”
Es un grupo
humanamente fantástico y heterogéneo. He tenido mucha suerte por haber
compartido la infancia y juventud con ellos, y estos momentos que prolongamos
donde todos seguimos sintiendo la esencia de nuestra juventud, que no hemos
perdido ninguno.
Yo partí con 21 años y me perdí muchos encuentros, muchos partidos, y si bien en mis viajes he podido disfrutar de ambos, no he recuperado la presencia hasta la llegada de la tecnología, que me hace sentir más cerca de ellos a 10.000 km.
Soy un tanto invasivo
con los mensajes, suelo ir dejando temas en el grupo que sé que jamás
aparecerán en los medios masivos. Es como una especie de misión que me he
encomendado, un compromiso conmigo para matar la frustrada carrera de
periodista que deseaba tener a los 20 y que la emigración desterró de cuajo.
Hoy lo siento como una bendición porque no me siento contaminado por la versión
oficial: como amateur he podido mantener la independencia que no hubiera
podido desde lo profesional.
Hace tiempo que
decidí no intentar convencer a nadie de nada, pero sí incentivar a que los que
me rodean se hagan preguntas y que además puedan tener una visión que vaya más
allá de la versión orwelliana de Wikipedia y demás sistemas que alientan al
pensamiento único.
En este orden de
cosas, compartí un ▶️ vídeo que
habla de los objetivos reales de la agenda 2030 y entonces se dio el siguiente
diálogo con un amigo, el cual transcribo textualmente:
-
- Pues sí, Oscarcito, aunque nos cueste
aceptarlo, hay mucho de verdad en esto. Ahora, la pregunta: ¿Qué papel debemos
jugar?
-
- Y sí..., es una pregunta de difícil
respuesta...Para mí es importante tomar conciencia de lo que está pasando y el
ataque que está sufriendo la humanidad. A partir de allí, no hay una fórmula,
pero, una vez identificada la situación y entendiendo que la mayoría de los
gobiernos occidentales (legítimos o no, esa es otra discusión), no quieren o no
pueden oponerse a esta agenda... Hay que elaborar estrategias para resistir al
totalitarismo y este plan edificado sobre falsas premisas y miedo. Una vez que
entendamos de qué se trata, creo que hay que vivir para disfrutar,
sonreír, los amigos, el esfuerzo, no dejarse someter, defender la libertad, la
vida, y que cada uno pueda decidir qué come, con quién tiene sexo, si se pincha
o no , si viaja o no, etc. Defender la libertad y la individualidad por
sobre el colectivismo…
Tiempos difíciles,
pero es una suerte también vivirlos, porque estamos tirando abajo mentiras como
nunca... Jamás hubo tanta consciencia en el planeta… y habrá más ...
Nosotros lo hacemos
bien, mantenemos los afectos y los buenos momentos. Y estas cosas les jode
enormemente a todos estos cabrones.
Bueno…. cada uno debe transitar su camino como
pueda.
Un abrazo.
Los quiero mucho
Es un excelente, excepcional comentario. Darnos cuenta del tiempo y la forma de vivir. Me encanta esa manera de pensar. Oscar Querido elegir en libertad es la única opción. Disfrutar la amistad con los amigos y entender que la naturaleza no es nuestra solamente es el mensaje más rescatable. Salud! Y Gracias
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